EXPOLIO EGIPCIO

Pepa Ugarte · José Llanos

15/04 – 04/06/2011

Artistas:

Pepa Ugarte, José Llanos

Esta muestra es un homenaje a Egipto.  No es reciente el amor que ambos autores, Pepa Ugarte (Donostia, 1948) y José Llanos (Tolosa, 1948), sienten por Egipto. El amor por las culturas y civilizaciones agrarias y clásicas, viene de hace mucho tiempo. Su amor no es un amor romántico y nostálgico por tiempos y bellezas antiguas, sino que se trata de una mirada amorosa y un homenaje al país y al Museo egipcio que han sufrido recientemente un gran expolio con motivo de las últimas revueltas.

En paredes paralelas de la Galería Arteko de Donostia presentan ambos autores sus obras pictóricas. Las obras más abstracto-geométricas de José Llanos, están trazadas a manera de zócalos y paredes de pintura egipcia, pintadas sobre madera y yeso, con motivos abstracto geométricos, de cuidados naranjas, morados y grises, con sus desconchados y humedades seculares, con sus resecas y refinadas texturas. Su mirada, concepción y ejecución, suponen un alto grado de observación, de pasión, y de exquisito refinamiento tanto de la cultura reflejada, como del ojo del pintor-arquitecto que las observa, contempla, y plasma. Sutilidad y refinamiento que es inherente a este autor en cuantas obras ha venido realizando a lo largo de todo su proceso creativo.

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La obra de Pepa Ugarte, de corte más naturalista, tanto en sus pequeños como medianos formatos, ofrece paisajes, tipos y objetos de la cultura egipcia, en los que trata de plasmar una visión más viva y real de la actual vida egipcia. Se trata de pequeñas visiones, como postales de naturalezas vivas. En ellas encontramos a la Ugarte vital, fresca y realista, que pinta y expresa cuanto atrapa y se pone ante su mirada. Pero también hay pequeñas cajas, a manera de cofres o libros entreabiertos, con cabezas y objetos fosilizados por el tiempo y por la incuria humana. Son como objetos rescatados del olvido, de los eternos milenios, y de las rapiñas sociales. En alguna Caja, se presentan pinturas a manera de habitaciones de tumbas, con su puerta, sus dibujos parietales, y objetos abandonados en la arquitectura. Todo un revival de sueños y fantasmas aderezados por la mente y la mano de la artista.

Ciertamente la magia del arte se produce gracias a la mente y al pincel de ambos artistas. Ambos nos ofrecen sus personales cosmovisiones de Egipto, como si se tratara de trozos de la realidad captadas o vistas, pero siempre desde una mirada sugerente y mágica, amorosa y profunda de una cultura que se nos ha ido, y que algunos aprovechan para maltratarla y esquilmarla en grado excesivo.